Os dejo una lista de los compañeros que se han apuntado al Grupo Trabajo:

Lucía Prendes
Bernardo Busto
Ángel González
Alicia Díaz
Concepción López
María Caramés
Ana Elena García
Amparo Turiel
Juana María Arribas
Nieves Egocheaga
María Victoria San Miguel
Águeda Wattenberg
Cariri Prieto

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El alcohol en la publicidad


He decidido abordar el tema del alcohol en mi clase de lengua castellana de 3º de ESO desde el punto de vista del análisis de la imagen publicitaria.
En primer lugar y con el objeto de introducir el tema, los alumnos han visualizado el vídeo arriba destacado. A continuación les he lanzado una batería de preguntas, a saber:
  • ¿Qué imágenes utiliza?
  • ¿Resultan agradables estéticamente?
  • ¿Se podrían considerar un "locus amoenus" actual?
  • La imagen final condensa el mensaje publicitario, ¿resulta atractiva?
  • ¿Qué sentimientos denota la pareja?
  • Fijaos en que el slogan utiliza el tópico universal del "carpe diem". ¿Qué otro tópico, este más actual, maneja?
  • ¿Transmite positividad, en definitiva, la ingesta de "Ron Barceló"?
Tras detenernos en comentar todos los puntos arriba expuestos, he hecho una síntesis sobre lo que entendemos por publicidad, centrándome de manera sucinta en los siguientes puntos:
  • · La publicidad divulga, informa (de manera real o no).
  • · Atrae a posibles compradores, es decir, ha de solucionar un problema previamente definido por alguien: el que fabrica o el que ofrece un servicio.
  • · La publicidad utiliza técnicas artísticas y distintos recursos del lenguaje y del cine para hacer más atractivo el producto que presenta.
Intento concluir insistiendo en la idea de que todas las imágenes que nos bombardean desde muy diversos medios llaman nuestra atención (de ahí la búsqueda de la novedad y la creatividad que derrochan la mayoría de los iconos publicitarios) y lógicamente despiertan nuestro deseo –las referencias a las mejoras sociales, estéticas, éxitos personales…- y todo ello con el claro objetivo final de comprar, consumir. Acción que, de no llevarse a cabo, echaría por la borda tanto esfuerzo publicitario.
A continuación me he centrado en el tema del alcohol insistiendo en que es un “hábito social” fuertemente arraigado y culturalmente aceptado por la mayoría de los países occidentales. Pongo el ejemplo de muchos padres que ofrecen a hijos de temprana edad pequeñas cantidades de cerveza o vino y en el caso concreto de Asturias es fácil ver en las sidrerías a niños de tres o cuatro años bebiendo sorbos de sidra. Bebidas todas éstas que, aunque poseen menos graduación alcohólica, siguen teniendo un porcentaje de etanol (alcohol) en litro, por lo tanto sí debemos considerarlas alcohólicas y no exentas de riesgos.
Insisto en que esta aceptación cultural del alcohol en nuestro país se ve inducida en gran medida desde la publicidad. De hecho, España es un importante productor de bebidas alcohólicas, por lo que el alcohol mueve grandes intereses económicos. Y si la industria de la bebida está dispuesta a pagar los altísimos costes de una campaña publicitaria es porque realmente le compensa. Así es que nos invade una publicidad que continuamente nos incita a consumir bebidas alcohólicas llamando nuestra atención con imágenes muy atractivas, despertando nuestro deseo de ser más atractivos, simpáticos, “guays”,… o presentándolo como un elemento imprescindible en nuestra diversión.
Para ejemplificar todo lo expuesto es necesario visualizar casos concretos, por lo que he recurrido al canal de vídeos “YouTube”, alojado en internet, y he seleccionado dos casos que analizaremos con los alumnos.


En este vídeo hemos destacado -además de la personalidad atractiva y elegante de quien vende el producto, esto es el "gancho" (George Clooney, actor de éxito en la meca del cine)- cómo los publicistas sitúan la bebida dentro del campo de aquellos consumibles necesarios para conseguir ciertos objetivos en nuestras vidas, en este caso, la diversión. El Martini resulta, pues, un elemento imprescindible para conseguir divertimento, alegría, fiesta..., de hecho la bebida se va y lo que antes era una juerga constante queda sumido en el más absoluto aburrimiento (el cambio de música es relevante). Su slogan así lo condensa: sin Martiny, no hay solaz.


En este otro caso nos hemos detenido en el protagonista, un dechado de excelencias a lo largo de todo el vídeo y paradigma de las virtudes masculinas que priman en nuestra sociedad: guapo, elegante, simpático, atlético, caballeroso, extraordinario luchador, virtuoso de la música,... en definitiva, icono de hombre maravilloso por antonomasia. Todo este trabajo de convencimiento sobre la sublimidad del icono varonil nos lleva a que es él, el superhombre, quien concluye su paso por la fiesta con un buen trago de cerveza, convirtiéndola a esta en la bebida ideal del hombre ideal, hombre objeto de todos nuestros deseos (por imitación en ellos y por devoción en ellas). Así, lo que persiguen los publicistas es crearnos la idea de que, para acercarnos a la excelencia y ser iguales al sujeto ideal, deberíamos empezar por consumir la marca de cerveza publicitada.

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