LOS TRAPEROS
Estas son
las distintas acepciones que RAE da del
término «trapero».
Pío
Baroja, novelista de la antes llamada Generación del 98, los retrata en varias
de sus obras. A continuación te presentamos algunos fragmentos:
"El barrio de las Injurias se despoblaba, iban
saliendo sus habitantes hacia Madrid...Era gente astrosa: algunos, traperos;
otros, mendigos; otros, muertos de hambre; casi todos de facha repulsiva. Era
una basura humana, envuelta en guiñapos, entumecida por el frío y la humedad,
la que vomitaba aquel barrio infecto. Era la herpe, la lacra, el color amarillo
de la terciana, el párpado retraído, todos los estigmas de la enfermedad y la
miseria". (Mala
hierba).
"Se levantaba el señor Custodio todavía de noche, despertaba a
Manuel, enganchaban entre los dos los borricos al carro y comenzaban a subir a
Madrid, a la caza cotidiana de la bota vieja y del pedazo de trapo. Unas veces
iban por el paseo de los Melancólicos; otras por las rondas o por la calle de
Segovia....Entre unas cosas y otras el señor Custodio sacaba para vivir con
cierta holgura; tenía su negocio perfectamente estudiado, y como el vender su
género no le apremiaba, solía esperar las ocasiones más convenientes para
hacerlo con alguna ventaja" (La busca).
...Después
de la clasificación de todo lo recogido, el señor Custodio y Manuel, con una
espuerta cada uno, esperaban a que vinieran los carros de escombros, y cuando
descargaban los carros, iban apartando en el mismo vertedero: los cartones, los
pedazos de trapo, de cristal y de hueso" (La busca).
"Los desperdicios de pan, hojas de verdura, restos
de fruta—sigue contándonos Baroja—se reservaban para la comida de los
cerdos y gallinas, y lo que no servía para nada se echaba al pudridero..."
(La busca).
Los
progresos higiénicos realizados en la recogida de basuras y limpieza de las
grandes ciudades no habían llegado todavía a España a fines del siglo XIX. Como
el servicio de limpieza municipal resultaba insuficiente para las necesidades
de la población, el Ayuntamiento tenía que recurrir para la recogida de basura
a los traperos, personajes característicos de la vida madrileña de los que
Baroja ha dado cumplido testimonio a través del señor Custodio de La busca.
Puedes
recurrir al siguiente enlace en busca de más información sobre las condiciones
higiénicas de la vida madrileña de entonces: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/hcontemp/madrid/pio%20baroja.htm#La limpieza de la ciudad
En
dicho enlace se pueden encontrar afirmaciones como esta: Los traperos recorrían las calles de Madrid a primeras
horas de la madrugada, con carros tirados por mulos o burros, recogiendo las
basuras de las casas y calles en sacos y trasladándola a sus vertederos
particulares, situados en solares del extrarradio.
Esta imagen, sin embargo, no retrata
una realidad de finales del siglo XIX, sino la realidad diaria de los
zabalines, encargados de la recogida de basura en Egipto.
Tras mirar el siguiente video y
buscar información en Internet, busca las semejanzas y diferencias que existen
entre la vida de los traperos de Baroja y los zabalines y compártelas con tus compañeros.
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